Maceta de cerámica elaborada con deformaciones deliberadas

El material natural gres, con sus tonos tierra y su superficie texturizada, proporciona una estética fundamental que se fusiona perfectamente con el entorno. Es como si las propias macetas fueran una continuación del suelo, una extensión del mismo suelo sobre el que descansan. La textura gruesa y las sutiles variaciones de or realzan aún más la ilusión de desgaste natural, permitiendo que las macetas envejezcan elegantemente con el tiempo.

Como recipientes para la vida botánica, estas macetas ofrecen un escenario único para que las plantas prosperen. Las deformidades intencionales crean nichos y grietas, invitando a las raíces a entrelazarse con la superficie de la maceta, borrando los límites entre el recipiente y el suelo. Las plantas parecen ancladas, como si hubieran surgido orgánicamente del suelo, y sus raíces llegan hasta las ranuras texturizadas de la vasija de cerámica.